martes, 15 de mayo de 2012

Artículo publicado en www.mumblesfeet.blogspot.com


Los pies de Mumble




A un campeón

Es que no hay un solo día, ni un puto día en que no pensemos en tí. Te marchaste demasiado pronto, joder. Vale que no lo escogiste tú, pero nos duele lo mismo. Si es obra de un dios, alguien debería bajarle los humos. O darle un par de hostias mejor, que ya toca. No sé si ahora eres ángel o estrella, o el más absoluto vacío. Quisiera preguntarte qué ves, si es que ves. O qué sientes, si sientes. Pero no preguntaré, por no remover donde no toca. Y porque no contestarás, ya lo sé. No te culpo. Estás muerto. Pero todos necesitamos algo a lo que aferrarnos.
Todos aquí siguen pensando en tí. No hay día que no se acuerden de tí, de tus gestos, de tu cara, de tu olor, de tu ropa. Alguno comenta alguna manía que tenías o lo bueno que eras con las motos y todas esas cosas. Si es que eras un campeón, coño. ¿No podías esperarte unos cuantos años? Habrías llegado muy lejos, cabrón. Habrías tocado el cielo, aunque eso es lo que has hecho al fin y al cabo.
La mayoría dicen que eres la estrella que más brilla y, bueno, sí, yo a veces miro al cielo. Y sonrío, por no llorar, más que nada. Pero, sinceramente, no creo en estas cosas. Para mí eres un enorme vacío. Algo que ya no existe, pero te recuerdo. Eso no lo dudes eh. Has dejado una huella demasiado grande en nosotros como para dejarte ir tan fácilmente. Tendrá que pasar mucho tiempo para dejar de contener las lágrimas al oír tu nombre, o al pensar en lo que podrías haber llegado a ser, o lo que podrías estar siendo ahora.
Ellos lloran bastante, ahora ya menos. Yo ya lloré en su momento. Ahora no quedan lágrimas, la verdad. Es triste, no lo niego, pero supongo que me conformo con hacer textos como éste, pensando que quizás los leas. No, más bien no, no lo leerás, ya lo sé. Pero me reconforta un poco, y quizás reconforto a más de uno, al que no le ofenda, claro.
Tal vez he sido duro en algunas líneas. ¿Tú lo crees así? En fin, yo sólo te homenajeo con palabras, que para algo es lo mío. Y ten por seguro que, a pesar de ser mayor que tú, te tomo como referente, chaval. El que es un ejemplo a seguir, lo es para todo el mundo. Y para mí el que más, te lo digo. Puede que escribir no sea como subirse a una moto. Pero la adrenalina la sientes igual, y el sentimiento, y la pasión. Éramos más parecidos de lo que pensábamos.
Ya ves cómo son las cosas. Pero bueno, tú no te preocupes, que para eso ya estamos los vivos. Tú descansa, que lo mereces. Aquí estamos todos bien. Te recordamos, mucho. Mi hermana es de las que más, también te lo digo. Le diste uno de los mayores regalos que se pueden dar en vida; la amistad. Sí, te fuiste demasiado pronto. Os empezabais a conocer. De hecho, juraría que tú mismo te empezabas a conocer a tí mismo. Pero bueno, ya poco tienes de qué preocuparte.
Duerme, pequeño.
Un saludo desde aquí abajo

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